Andrés Aberasturi - Bertone, espías y paciencias
MADRID, 6 (OTR/PRESS)
Comprendo que resulta tentador el asunto -menor, se mire por donde se mire- de los presuntos espionajes madrileños. Que la visita de Bertone, con ese despliegue de recibimientos y sonrisas, ha tenido lugar en fechas oportunas. Comprendo también que haya diferentes umbrales de paciencia en los miembros del Gobierno y que esa disparidad de tranquilidades provoque titulares y comentarios. Pero lo cierto, lo verdaderamente cierto y que está muy por encima de espías, cardenales y paciencias, es que este país se desmorona y nadie sabe, a día de hoy, dónde está el fondo de la piscina en la que nos estamos hundiendo y quién o quiénes van a desempeñar el papel de socorristas salvacrisis.
No sé si sigo siendo antripatriota o directamente un facha catastrofista, pero esto va mal y no es ni medio serio echar toda la carne en el asador de la Comunidad de Madrid, en las relaciones con la Iglesia o en la paciencia de unos y otros. Aquí se están yendo al garete miles de puestos de trabajo cada día, los EREs campan a sus anchas, miles de pymes cierran, en un dominó maldito, porque no pueden pagar hasta que no cobren de otras pymes que no pueden pagar hasta que no cobren y sigue la bola. Aquí ya estamos oficialmente en recesión y vamos con la directa metida hacia los cuatro millones de parados y ni la industria del impaciente Sebastián da señales de vida sino más bien al contrario, ni el turismo, esa pata siempre de barro de nuestra economía, anuncia una temporada de grandes igresos.
Podemos, si el Gobierno quiere, hablar de la relaciones Iglesia-Estado, pero hay cosas mas urgentes, tan urgentes que tal vez habría que haberse planteado comenzar antes el periodo oficial de sesiones en el Parlamento que sigue oficialmente de vacaciones con esqueletos en el subsuelo.
La sensación de la calle, al margen de las encuestas y las preguntas para usted, es que la cosa está al borde del abismo y, la verdad, no nos gustaría nada caer. El discurso del presidente en este tiempo de tragedias familiares, se resume en la frase que pronunció hace unos días y que pasó más o menos desapercibida: al presidente no le preocupan los datos del paro galopante sino que en poco tiempo se van a crear decenas de miles de nuevos puestos de trabajo. Pero hay tres problema, presidente para compartir su tranquilidad y su natural optimismo: el primero es qué hacer mientras pasa ese "poco tiempo"; el segundo es si ese "poco tiempo" va a ser poco o si realmente no tiene usted ni idea de cuanto puede ser; y el tercero es que, prediciendo el futuro, lo sentimos, pero mucho ya no le creemos.
Frente a tiempos duros tal vez lo único posible sea respuestas drásticas: cambie usted un Gobierno desbordado por los hechos y aproveche de paso para cerrar -incisito- ministerios-imagen que se llevan mucho presupuesto. Reúnase con los partidos pero no para negociar apoyos sino para buscar soluciones entre todos. Adelgace de una vez el número absurdo de funcionarios (tres millones) de un país que no se puede permitir esos lujos. Aparque la financiación autonómica hasta que no se resuelva la crisis porque repartir miseria es muy difícil. Meta en cintura los gastos suntuarios y escandalosos y vigile de cerca cada euro que se da a quien sea. Revise los impuestos para la pequeña y mediana empresa y el IRPF para rentas que afecten más directamente a las clases medias. Y si quiere y le parece bien, es justo en estos tiempos donde habría que diferenciar el origen y los estatutos de la banca y las cajas y que cada uno cumpla con sus obligaciones. Lo de la visita de Bertone, bien; pero de la que está cayendo no nos va sacar Dios nuestro Señor con un milagro.
Andrés Aberasturi.
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Publicado por VRedondoF para A2 el 2/08/2009 10:19:00 AM