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Salgado, Campa y el espíritu de JR | ||
Larry Hagman, el célebre JR de Dallas, recordaba durante su última visita a España una frase que hizo furor en EEUU en el momento álgido de la serie. Once you get rid of integrity, the rest is a piece of cake, algo así como 'una vez que te libras de la integridad, el resto está chupado'. La frase, según Hagman, todavía se recuerda en su país, y es un pequeño tributo a una forma aviesa de entender el mundo.
A la política económica le comienza a suceder algo parecido. Una vez que perdió toda su credibilidad negando la existencia de la crisis, el Gobierno ha optado por cerrase en banda, y en lugar de reconocer lo evidente ha optado por empeñarse en el error. Es verdad que la llegada de José Manuel Campa a la secretaria de Estado de Economía y, sobre todo, la revisión de las delirantes previsiones económicas que se hicieron en tiempos de Solbes para 2009, dieron la sensación de que algo estaba comenzando a cambiar en el viejo caserón de Aduanas. Pero a medida que avanza la crisis, Elena Salgado y su número dos han optado por lo más fácil. Esperar que el tiempo resuelva los problemas.
Sin ningún rubor intelectual, Campa y Salgado sostienen que la recuperación económica será un hecho a mediados de 2010, pero difícilmente se puede llegar a esa conclusión teniendo en cuenta que hasta bien entrado el año 2011 la economía española no comenzará a crear empleo en términos netos. Y sin la creación de nuevos puestos de trabajo es difícil que tiren el consumo privado y la inversión. Claro está, a no ser que se llame recuperación económica a crecer un 0,5% en tasa anual durante el último trimestre del año.
Lo malo no es, desde luego, que yerren en sus previsiones económicas. Al fin y al cabo, la mayoría de los institutos de coyuntura no fueron capaces de adelantar lo que se le venía encima a la economía mundial en 2008. Lo que sorprende es que conociendo lo que va a pasar en los próximos meses en la economía europea con una alta probabilidad, continúen esperando el milagro de la multiplicación de los panes y de los peces.
La política monetaria entra en vena
Y lo que va a pasar en los próximos meses no es otra cosa que un gradual endurecimiento de la política monetaria por la vía de drenar la liquidez del sistema, lo cual encarecerá el precio del dinero en el interbancario, que no tardará mucho en normalizarse. Y si el interbancario sube parece evidente que aunque el BCE no toque tipos, el dinero será más caro, lo cual retrasará la recuperación económica en un país en el que como sostiene el economista César Molinas la política monetaria entra en vena. Tanto cuando sube como cuando baja. El mecanismo de transmisión no es otro que la vivienda, toda vez que más del 96% de los préstamos hipotecarios son a tipo variable. Por eso, entre otras cosas, la recesión ha sido más suave aquí que en la eurozona. Ningún país como España se ha aprovechado tanto de la existencia de unos tipos de interés tan bajos. El problema que es los tipos de interés también operan a la inversa. Con un horizonte de envejecimiento como el que se prevé para España en las próximas décadas sería un suicidio continuar aumentando el stock de deuda
Es evidente que aunque suba el precio del dinero medio punto o incluso un punto durante los próximos 12 o 18 meses no hay por qué pensar que estamos ante el fin del mundo. Al fin y al cabo la media histórica del precio oficial del dinero desde la creación del BCE se sitúa en el entorno del 3%. Lo relevante es que la reducción del estimulo monetario no va a poder ser compensando por el mayor gasto público. Básicamente por una perogrullada: el actual nivel de gasto público es insostenible a medio plazo. Y ya ni siquiera se podrá seguir apelando a la barra libre que proporciona el endeudamiento público. Con un horizonte de envejecimiento como el que se prevé para España en las próximas décadas sería un auténtico suicidio continuar aumentando el stock de deuda. Parece razonable pensar que habrá que dejar algo para las próximas generaciones.
Y en este sentido es significativo que pese a la progresiva normalización de los mercados financieros, el diferencial con Alemania -la auténtica prima de riesgo- se mantenga en niveles próximos s los 50 puntos básicos desde el mes de agosto, lo cual indica que los mercados están convencidos de que España no está hoy por hoy en condiciones de engancharse al tren franco-alemán. Entre otras razones debido a que el peso de las exportaciones españolas respecto del PIB es uno de los más bajos de nuestro entorno económico. Dicho en otros términos, el repunte de la demanda interna en los países centrales de Europa no es suficiente para que la economía crezca entre un 2% y un 3%, que es la tasa mínima para vaciar el inmenso embalse de desempleo que ha generado la recesión.
Por lo tanto, el único instrumento de política económica capaz de ensanchar el potencial de crecimiento es hacer reformas económicas. Y no sólo en el mercado laboral, como de una manera un tanto simplista se suele repetir. Sino también en los mercados de bienes y servicios, lo que supone, entre otras cosas, desmontar los oligopolios que se han creado en los últimos años en sectores estratégicos de la economía: telecomunicaciones, gas, electricidad o concesionarios de servicios públicos. Y sobre los que, por cierto, no hay debate alguno.
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Publicado por VRedondoF para FyS el 11/06/2009 10:39:00 AM