De la Rúa y Camps, "una íntima y sentida relación"
¿Habrá final vergonzoso en el caso Gürtel valenciano, similar al del caso Naseiro?
Si Francisco Camps, presidente de la Generalitat, tuviera –en términos políticos- una mínima dosis de dignidad, debería haberse dirigido hace meses, y en público, al presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valencia (TSJV), Juan Luis de la Rúa, para subrayarle que le agradecía mucho sus gestos de deferencia hacia él, pero que le solicitaba su inhibición en el affaire de los trajes. Y ello porque entre ambos –según dijera textualmente Camps hace menos de un año- hay "una íntima y sentida relación".
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Pero ni Camps se lo pidió ni se le pasó por las mientes a De la Rúa hacerlo. Por cierto, conviene además no desdeñar el dato de que De la Rúa ha rebasado el plazo de su presidencia reglamentaria en el TSJV. Sin embargo, ahí continúa ejerciendo su mando en plaza, entre su propia indiferencia y, lo que es peor, la indiferencia del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), poco sensible al parecer frente a un juicio –como el de Camps- de una trascendencia política y social sin apenas precedentes.
Nombramientos sorprendentes
Claro que, en este punto, hay que puntualizar que quien nombró presidente del CGPJ y, por tanto, del Tribunal Supremo al conservador Carlos Divar –menospreciando así, de facto, a numerosos jueces progresistas- fue José Luis Rodríguez Zapatero. Y es que la tendencia de Zapatero para sacarse de la manga nombramientos sorprendentes viene de lejos. Algún día tendrá que explicar –al menos en su libro de memorias- porqué, de pronto, designó a Miguel Sebastián candidato a la alcaldía de Madrid y, como premio por los servicios prestados [probablemente a Alberto Ruiz-Gallardón], luego lo hizo ministro de Industria.
El carpetazo
Volvamos a Valencia. De la Rúa parece que se dispone –según múltiples indicios- a dar el carpetazo definitivo al asunto de los trajes. Pretende archivar el caso, dejando de rebote en fuera de juego al juez instructor José Flors, –conservador moderado- quien tuvo que luchar él solo contra el viento y la marea de los De la Rúa y compañía, que intentan salvar como sea al Gran Estadista de los Vestidos y los Zapatos, gratis total; pues pagaban los corruptos las facturas. O sea, su "amiguito del alma, te quiero un huevo", Álvaro Pérez, más conocido como el Bigotes y los auxiliares de éste.
¿Exento de connivencia?
Sucede que si Camps estuviera de verdad exento de connivencia con los jefes de latrama Gürtel, lo que no ha podido investigarse hasta el momento en la Comunidad valenciana -que es el escenario de hechos presuntamente delictivos que pudieron conducir a los famosos trajes-, tendría que ser el primero en ofrecerse a todo género de pesquisas judiciales. ¿A qué temen De la Rúa y Camps? Si Camps no tuviera nada que esconder, no habría motivo para empeñarse en enterrar cuanto antes un affaire sórdido y –por lo que ha trascendido en estos últimos tiempos- rebosante de negocios extraordinariamente florecientes en ganancias aunque repugnantes en el método de conseguirlas.
Nitidez y clarividencia
Camps ha mentido desde que le estalló el regalo de los trajes. El juez Flors lo ha probado con una nitidez y clarividencia encomiables. Basta con leer su instrucción. Y por eso ahora el líder de la derecha valenciana espera ansioso que la justicia lo absuelva por la puerta falsa, la de eludir una investigación a fondo. ¿Tendremos que soportar un final vergonzoso del caso Gürtel, en lo relativo a Camps, similar al del caso Naseiro?
Enric Sopena es director de El Plural
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Publicado por VRedondoF para POLITICA el 8/01/2009 01:52:00 PM