Hidromiel. El Néctar de los Dioses
Es la bebida fermentada más antigua que se conoce, mucho más que la cerveza y el vino, y probablemente es la primera bebida alcohólica que comenzó a beber con asiduidad el ser humano. Sus orígenes se pierden en el albor de los tiempos y ha sido consumida por todo el mundo antiguo, desde África a los países nórdicos y de China a América pasando por toda Europa.
Es la Hidromiel, el néctar de los dioses.
Los vestigios más antiguos de consumo de hidromiel se han encontrado en una vasija de barro que contenía una mezcla de hidromiel con arroz y frutas. Se halló en China y han sido datados del 7.000 a.C. aunque su origen es bastante más antiguo y se desconoce quienes fueron los descubridores de este proceso de fermentación.
Su elaboración básica es relativamente sencilla. Se hierve agua con miel se guarda en un recipiente que se pone al sol durante unos meses y voilá, tenemos una bebida alcohólica. Por eso es fácil imaginar que seguramente se trata de un descubrimiento fortuito. Agua con miel que se calienta y que por casualidad se mantine en unas óptimas condiciones ambientales. Este brebaje queda olvidado unos meses hasta que llega un individuo que, por necesidad o curiosidad, se lo bebe y se da cuenta…
¡Oye… Qué rico que está esto! ¡Oye… Qué puntito que tengo! ¡Oye… Qué esto hay que repetirlo!
Luego, poco a poco y a base de prueba-fallo, la receta se va mejorando. Se le añaden sustancias para que fermente mejor y diferentes condimentos para dar distinto sabores y aromas. Como curiosidad decir que 25 kilogramos de miel y 83 litros de agua proporcionan unos 100 litros de hidromiel seco con una graduación alcohólica de 10° a 11°.
Sea como fuere, el caso es que esta bebida es consumida por todo el mundo antiguo durante siglos. La hidromiel se menciona en los versos hinduistas de Rig Vedá(1100-1700 a.C.). Era la bebida preferida de los griegos y el mismísimo Aristóteles habla de los pros y contras de su consumo. Los romanos la llamaban agua mulsum y Columella, naturalista romano, (60 d.C.) describe varias recetas para prepararlo.
Durante la alta edad media la consumen Celtas, Sajones y Vikingos. Los bardos recitan sobre los bondades de la hidromiel en muchos cantares épicos nórdicos y anglo-sajones (Y Gododdin – Beowulf) y también es conocido su ingente consumo en las fiestas y las reuniones de los guerreros en el salón de hidromiel, banquete que continuarían en el paraiso del Valhalla donde beberán hidromiel durante toda la eternidad.
Salón de hidromiel.
También en américa se consume hidromiel. Los Mayas añadían al agua y a la miel la corteza de una árbol llamado balche, el mismo nombre que recibe el licor obtenido.
Árbol de Balche
Pero a partir del siglo X, el vino que venía empujando desde el mediterráneo fue desplazando el consumo de la hidromiel hasta limitarlo casi exclusivamente al norte de Europa, es decir, donde las vides dejaban de ser viables.
Aún así se seguirá consumiendo otorgándole además propiedades medicinales y mágicas. Por ejemplo, en el siglo XVI, las parejas recién casadas que quisieran tener un varón, debían de beber hidromiel durante todo el mes lunar siguiente a su boda. De aquí hemos heredado la expresión actual de "Luna de Miel".
Si alguno se ha quedado con las ganas de probarlo, que sepa que hay innumerables recetas por la red y sólo se necesita agua, miel y unos cuantos meses de espera. .
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Publicado por VRedondoF para ARTICULOS V. el 6/23/2009 06:14:00 PM